viernes, 17 de enero de 2020

El Fluir


"El Fluir"
La Barranca


Son distintas la aguas que cubren a los que entran al mismo río.

Heráclito de Éfeso




Era una tarde de abril de 2006. Recuerdo que antes de ir a la escuela donde hacía mi servicio social, pasé al Mixup que estaba en Pabellón Cuauhtémoc (que ahora es un gimnasio). Aquella tarde compré On An Island de David Gilmour y como me sobraban unos pesos, compre El Fluir, disco que me había intrigado, pues las tres revistas musicales que leía cada mes, lo habían reseñado como una joya, con sus marcadas influencias progresivas.

Al salir del servicio, tomé mi discman y coloqué en él uno de los discos nuevos. Me sorprendí gratamente, y al mismo tiempo la voz de José Manuel me resultaba conocida, no voy a mentir, le escuchaba ciertos tonos bumburezcos.

Sí conocía a La Barranca, pero no era fan. La verdad ni los pelaba. Fue después de este disco que me hice ferviente admiradora de las letras y la música. Quizá mi edad, la etapa por la que pasaba, influyó para que este disco fuera parte de mi soundtrack.

En aquel momento cursaba la prepa y las pocas clases de filosofía que teníamos a mí me fascinaban. Estaba muy clavada con el existencialismo de Sartre. Con la filosofía de Heráclito. Cuando escuché “El fluir” y “Usumacinta” me quedé pendeja. “Puedo sentir el río que hay dentro de mí porque su torrente nunca vuelve al mismo sitio”. Y para mí las cosas empezaban a cobrar sentido.

“Zafiro” le llegó a mi parte más goth, yo era una dark en proceso en ese momento. Y así sucedió con varias de las canciones de este disco. Sobra decir que efectivamente la influencia de King Crimson ahí estaba. Sobre todo, a mi percepción, mucho de sus últimos trabajos (THRAK, The Power to Belive). Me enamoré a primera escucha.

 Al llegar a la última canción tuve una experiencia grata y filosófica. “Si existes tú, existo yo”. Tuve un amigo con el que escribí varias cosas acerca de la existencia, la locura, la energía, etcétera, queríamos presentarlo en una “galería de arte”… éramos jóvenes y tontos. Habíamos escogido música para nuestra presentación y cuando escuche “Si acaso hay vida” no dudé ni un segundo en que debería formar parte de nuestra exposición, la cual, nunca llevamos a cabo y él se quedó todo lo que yo había escrito.

 Hoy, aunque no es un disco que escuche todo el tiempo, es de los que más atesoro. Al que recurro cuando no quiero sentirme mal. Cuando quiero ver dentro de mí, pero no en mi oscuridad. Sino en ese interior, el que efectivamente quiere fluir.

Con “El cinturón de Orión” me sucede algo particular. Esta si es una canción que no ha dejado de acompañarme y no por decisión propia. Ese “Dios distante y celoso” no sé por qué sigo dejándolo entrar. Me robó mis instantes más fugaces. Inclemente no me los devuelve. Mucho tiempo después dediqué una frase de este disco: “Tu mordedura por un lado fue la muerte y por el otro fue la cura”.

Cuando quiero  que algo nos salve de la podredumbre del mundo, aunque sea el deseo, está siempre “Una tarde en la vida”: “Cojamos con las manos esta tarde mientras dure” o “cojamos todo el tiempo que se pueda”, al caso es lo mismo.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Happy With What You Have To Be Happy With: King Crimson y su 50 aniversario.



Happy With What You Have To Be Happy With



“El arte no es lo que ves,
sino lo que haces que otros vean.”

Edgar Degas






Como preámbulo a mi experiencia de la gira más reciente, regresemos dos años atrás, cuando King Crimson volvió a suelos mexicanos. Llegué al Teatro Metropólitan con incertidumbre y emoción por ver al grupo liderado por Robert Fripp, era la primera vez que podría verlos en un escenario que no fuera el de los DVD’ s que coleccionaba. En 2003 yo aún era muy joven para verlos en el Auditorio Nacional,  y qué decir de sus conciertos en los 90’s aun en su etapa doble trio (Belew, Brufford, Gunn). Así que aquel día de julio llegué temprano y tomé asiento. Cerré los ojos y me dejé ir. Al salir tuve una sensación como quien acaba de degustar  un platillo perfecto, con la sal y los condimentos exactos, aunque con el sinsabor ocasionado por la falta de sazón, sin alma. Un platillo ejecutado a la perfección, lleno de técnicas pero no de amor.

Ya para el concierto de este año, pese a mi poca expectativa a causa de la experiencia anterior,  el concierto del 23 de agosto sí logró superar todo lo que esperaba. “King Crimson solo puede superarse a sí mismo” me dijo un amigo, y tenía razón.

Ese día entré un poco tarde al recital pues pensé que no serían puntuales como en la ocasión anterior. Ya habían empezado con “Larks Tongues In Aspic I”, así que sólo tomé mi asiento entre dos chicos mucho más jóvenes que yo y dos hombres más maduros que en ciertos momentos me miraban con un gesto raro, ¡si señores, vine sola a ese concierto! No iba como acompañante (era obvio pues cuando llegue en la fila solo había un lugar vacío, era el mío) vengo porque también soy fan, incluso quizá, hasta antes que ustedes.

Conocí a King Crimson en mis adolescentes 14 años, gracias a mi amor platónico de secundaria. Con él podía platicar de la música que me gustaba, me sentía menos incomprendida. Desde la primera vez que descubrimos el gusto mutuo por Pink Floyd se fue gestando nuestra amistad y a él le gustaba compartir música conmigo. Mi vena progresiva se estaba descubriendo, pasábamos las tardes escuchando sus discos o los míos. Porcupine Tree, Ill Balleto di Bronzo, incluso La Barranca tuvo sus menciones en esas tardes de lluvia, de agua estancada afuera de mi salón. Recordar la portada del Meddle y los debates sobre si era la oreja de un cerdo o qué diablos era eso que se ve en la cubierta del disco. Le compartía mis audífonos y eran las tardes más bellas que yo recuerdo en tercero de secundaria.

Fui a la prepa y me eduqué por mí misma en el arte del progresivo y del rock en general. La última vez que vi a mi amigo le pregunté si había ido al concierto de Steven Wilson (2013) después de recomendarme que escuchara a Tame Impala, en realidad no recuerdo qué me dijo del concierto, me dio un abrazo de despedida y me dijo sonriendo “Iris, ya pórtate bien” y entendí que eso de acosarlo afuera de la secu no era apropiado. Yo solo quería saber de él. Me hubiera gustado verlo en cualquiera de estos conciertos, decirle que ha sido como un mentor para mí, no solo por la música ni los libros, por las experiencias que me contaba y que yo a esa edad no comprendía a pesar de que me consideraba muy madura, me sentía como una puberta equivocada de época. Y él siendo veinte años mayor que yo, tenía mucho que contarme.

“Close your eyes and look at me I'll be standing by your side.”

En la sala de concierto, cerraba mis ojos mientras escuchaba la perfección que existe en la ejecución de cada instrumento, la precisión, la complicidad que hay entre los músicos ahí instalados, sincronizados, y con esa música de fondo pensaba en él y lo buscaba entre las sombras.

Yo cerraba mis ojos para no llorar, pensaba en mi sueño frustrado de ser músico. Pensaba qué hubiera sido de mí si hubiera tomado otras decisiones en el pasado ¿Me estaría encaminando al virtuosismo? ¿Estaría de gira con mi propia agrupación? ¿Ya habría tirado la toalla? 

“Come alive in your eyes you don't have to hurry, you don't have to try. Cause you don't have a care you're walking on air…”

Luego de divagar y tararear una canción que solo existió en mi imaginación en ese instante,  seguí atenta al gran talento que aunado a la disciplina de Fripp y compañía era algo que envidiaba. El pecho se me hinchaba de escuchar el silencio del público (que duraba muy poco) y el virtuosismo impreso en cada nota, en cada golpe, en cada latido. El más cercano a mi visión era  Gavin Harrison, el miembro más joven de los Crimson. Lo veía concentrado y estudioso de sus compañeros. La complicidad de la que hablaba antes, entre él,  Pat Mastelotto y Jeremy Stacey retumbando en la ex sala de cine.

Más atrás Jakko Jakszyk daba voz a al Rey Carmesí y por momentos lanzaba algunas notas greg-lakeoneanas. Su propia versión de “Indiscipline” (arreglo que no me gustó  desde el concierto pasado) te alejaba totalmente de la del simpático Adrian Belew. A su lado Tony Levin hacia magia con sus manos sobre el bajo, el ambiente tenía más profundidad. Los vientos de Mell Collins también matizaban  las piezas con sus notas más clásicas, no dejaba vacíos, no había espacios en las melodías.

Robert Fripp, elegante, atento, serio, enfocado. Su guitarra y el mellotrón como compañeros en su propia isla. La luz casi no lo ilumina, y no solo a él, en realidad no hay juego de luces, no hay escenografía, el escenario es sobrio y a la vez está lleno de virtuosismo, cual reflejo  del creador, una proyección de Fripp. Robert no es el líder que estamos acostumbrados a ver, no necesita láser para montar un show, no hay   imaginería ni parafernalia, no hay abuso de la tecnología para montar una escenografía, no lo necesita.   No es el frontman, pero dirige el reino carmesí desde su lugar y sin palabras, solo con miradas. ¿Es un rockstar? Sí, pero a su propio modo.




A veces me imagino si la personalidad de Robert Fripp es una elección, si en ese gran genio creador existe un hombre retraído, si está realmente en una introspección a causa de sus propios temores, las fotos, las luces, el aislamiento, la gente. Eso sería una salvación para mi personalidad introvertida (Un obstáculo para no continuar la música fue el miedo a las multitudes,  más que pánico escénico, una fobia)  O tal vez solo sea un artista excéntrico… (mamón pues).


Fue muy curioso ver desde mi lugar al público moviéndose al ritmo de “Red” como en un concierto de metal, y pensé en todas las bandas que hoy existen gracias a los sonidos progresivos y específicamente los de King Crimson ¿Cuánto le deben? Un chingo. Es notoria la influencia en cada uno de sus herederos.

La gente no dejaba de aplaudir, de gritar y de cantar en “Epitaph”, y me sucedió algo parecido cuando en los conciertos de Roger Waters la gente se emociona con “Another brick in the Wall part II”, entre emoción y pensar “son unos pinches posers”.  Escuchar algo del álbum The Power to Believe fue una experiencia muy grata, “Elektrik” fue como una hipnosis, demasiada energía desbordada y las baterías que enloquecen a cualquiera. Luego “Frame by Frame” y su inicio a capela fue muy bello, pero yo preferiré siempre a Belew.

Ya para el final y con mi vejiga a reventar,  “Easy Money” fue como un respiro, me relajé y disfrute escuchar esta canción en voz de Jakko, eso sí me pareció atinado. “Starless” fue hermosa, las estatuas del Metropólitan enrojecidas con la luz y con el sentimiento (a mí me pareció que sí hubo una entrega más neta en esta ocasión) hizo que olvidara los litros de agua estancados en mi ser. Y creo que si fue una de las mejores piezas de la noche.

Al verlos, al escucharlos, pensaba que no ha de ser fácil mantenerse vivo durante medio siglo, cuando la música actual ya no ofrece nada, y escuchar a la Corte de Robert Fripp  llena de extravagancias, de exquisiteces, si bien, más que darte un respiro hacia el futuro, te preguntas en qué momento nos perdimos como humanidad y dejamos de hacer arte. King Crimson es sinónimo de vanguardia y a la vez fue generador de sonidos nuevos, lleno de colaboraciones desde sus inicios y  gran semillero de talentos. Yo no sé qué tan honesto sea vivir de las viejas glorias, pero las generaciones más tiernitas agradecemos vivir estas experiencias, hoy que la belleza ya no es indagada y nos damos a los placeres inmediatos y desechables.

Obviamente el concierto cerró con In “The Court of the Crimson King” y ya no volvimos a verlos. El aplauso de la gente no pudo sacarle ni una palabra a ninguno de los siete miembros de la agrupación. Todos agradecieron pero muy al estilo Fripp. Aunque sus gestos eran de felicidad y eso sí, hasta ese momento se podían tomar fotos. Yo no tome ninguna, y hoy hago este ejercicio de recordar usando mi memoria orgánica y es como si volviera a estar ahí, con todo y mi vejiga llena.



sábado, 9 de noviembre de 2013

Hilo Negro y El Clan: Un concierto privado.

Hilo Negro y El Clan
8 Noviembre 2013
Centro Cultural Garra




En ciertas noches es posible ver
lo que quizás en otras vidas tomaría años.
José Manuel Aguilera



Después de dar  un par de vueltas por Santa María la Ribera, encontramos el Centro Cultural Garra,  junto con otros despistados que no daban con la dirección, igual que nosotros. Estamos afuera y  ya se escucha el canto de una sirena.

Llegando al foro, tomamos nuestros “lugares”. A pesar de que ya son las 11:00 pm no hay mucha gente todavía, pero por si las dudas, nos acomodamos lo más cerca, total de conseguir  buena  vista. 

Al frente está ella, delgada, menuda.  Se contonea  al cantar, su canto es profundo, su voz no es como su físico, sí, es hermosa pero no es nada menuda.  Detrás de Julieta Soto hay 4 hombres, todos ellos realizan un trabajo pulcro con su instrumento. Hilo Negro es el nombre de la banda  que comparte escenario con El Clan.


Los integrantes de la banda crean un  ambiente amigable con el público, bromean y actúan como si estuvieran en una fiesta con su familia o sus amistades más cercanas. Aquello se convirtió casi en una fiesta privada. Como llegamos bastante tarde, solo oímos unas tres o cuatro canciones, pero bastan para reafirmar su talento y la calidad de su música y de su vocal.  

Antes de las 12:00 El Clan ya está listo sobre el escenario. Empiezan con Recuerdos, Chacal y Ácido. Al parecer ya no hubo más público, pero eso no les impide que puedan tocar con calidad y sentimiento. Más bien se crea un ambiente mucho más íntimo.

Regularmente en Gárgolas el público está encendido, en esta ocasión no hubo Slam. Gustavo saltaba y se paseaba, pero no había esa respuesta… aún. Si, la mayoría cantábamos o movíamos la cabeza pero no hubo brincoteos ni nada por el estilo. Parecía que no había Nada por Arder, pero resultó ser solo Fantasías, pues le hicimos caso al Castor “deja lejos tus complejos y sueña…”. Y entonces llegamos a El reino de los Duendes, esos seres que nos hablan mientras dormimos nos poseyeron, y “brincábamos” un poco más.

Luego de la emoción, escuchamos Furia, Más allá del Tiempo  e Intriga, todas ellas coreadas por los presentes. Luego Gus nos decía que no todo era belleza, ni felicidad… también hay verdugos, son millones, también en el mundo hay Tortura y no tiene cura. Entonces te das cuenta que “Da miedo hablar en este mundo, podrías cambiar con un hechizo” y las culpables son  Las Brujas.

Y no puede faltar Sin Sentir… ¿cuánto canté? ¿cuánto bebí? No lo sé,  sólo el tiempo se acabó, ya no sentía nada… nada. Ni siquiera Cariño, para poder odiar, todo en vano... entonces nos llegó el Azul de Media Noche y la banda se despidió, pero nos complacieron con Despiértame y fue entonces cuando se organizó el slam, los aventones y caras llenas de sonrisas.

La presencia escénica de Julieta y de Gustavo al frente de sus respectivas bandas es impresionante, fue un privilegio una vez mas tenerlos juntos, en una sola noche. Comparten talento, comparten su música, de esa manera nos comparten amor. Después de las 2:00 am, poco a poco el lugar se fue vaciando, pero el alma de los presentes, estaba llena.







domingo, 11 de agosto de 2013

Peter Murphy y su celebración a Bauhaus.

Peter Murphy “Mr. Moonlight Tour” 
8 de Agosto 2013 
Teatro Metropolitan 









...hija de los abismos, silenciosa
guerrera, tan terrible, tan hermosa 
que todo cuanto existe, 
para mí, sin tu llama, no existiera.
Gonzalo Rojas

La lluvia de aquel jueves se anunciaba melancólica, nostálgica. La pesada y oscura nube delataba la reunión de todos los hijos de la oscuridad, y claro, cómo no reunirse, todos queríamos ver al Padre, al casi Dios creador, al Vampiro mayor. 

Aquella noche se fue haciendo más oscura por las calles del centro. Entre la lluvia se veían los rostros pálidos, los ojos brillantes, también las caras con pocas expectativas de lo que sería aquel concierto. Hubo de todo. 

Ya en el recinto, antes de recibir al icono gótico por excelencia, salió la banda que fue la ganadora en las votaciones vía Facebook para abrir el concierto, su nombre: Godless Procession, quienes mostraron mucho talento y un gran desenvolvimiento por parte de su vocalista. 

Entonces sucedió… 

21:40 horas para ser exacta. Las luces se apagaron para dar paso a los músicos y al Señor Murphy, Peter Murphy, para interpretar entre tenues luces rojas King Volcano. Su voz tan penetrante, rocosa, oscura, su voz con textura a terciopelo le dio vida a la obra de Bauhaus. Kingdom Coming hizo que los asistentes no dudarán en mostrar su emoción, las luces se habían encendido un poco más. 

Apenas se escuchaban los primeros acordes de Double Dare, cuando todo mundo empezó a brincar, ya se sentía demasiado ambiente, y para no dejar enfriar los cuerpos, dieron inicio a In the Flat Field, siguiendo con God in an Alcove. Demasiadas canciones de la extinta banda se interpretaron ese día. Murphy haciendo movimientos sobre un reflector, haciendo gala de sus movimientos corpóreos, como un murciélago sobrevolando, como un conde elegante y sensual, se lucía como solo él sabe hacerlo. 

En Boys la oscuridad del escenario no se hizo esperar, no había más luz que la que Peter emanaba con lámpara en mano, se alumbraba a sí mismo y a su guitarrista. Toda una atmósfera oscura se fue formando con forme pasaba el recital y Silent Hedges tenía que ir sobre la misma línea casi teatral. 

Todo el tiempo Peter agradecía al público y no perdía oportunidad para presentar a sus músicos. Dejando atrás lo estrafalario a la hora de vestir, primero salió con chamarra negra, luego con camisa entre azul y morado, para otra parte del concierto salió solo con saco floreado y para terminar su concierto, regresó con una sencilla playera negra. 

Mientras sonaban Endless Summer of the Damned y Spy in the cab, la audiencia parecía un poco más tranquila. 

Hubo un momento tenso, el bajista dejo su instrumento para tocar el violín, hubo un largo intro para la siguiente canción, mientras tocaba algo pasó y simplemente dejó de tocar, Murphy se mostró furioso ante el error del músico, pero eso no opacó la belleza con la que sonó A Strange Kind of Love. Y tal vez era demasiado temprano, pero se agradece la premura con la que sonó el “himnoBela Lugosi’s Dead, estoy segura que ninguno de los presentes dejó de pasar esta oportunidad para cantar, porque si bien, el tema no dio origen al movimiento oscuro en el mundo como tal, es un referente imprescindible. Un chico detrás de mí le decía a su acompañante “es la razón por la que hoy estamos aquí”, cuánta razón tenía. 

Foto: Fernando Aceves

Puede que nos haya quedado a deber algunas canciones, pero hubiera sido imperdonable (al menos yo no se lo hubiera perdonado) que no interpretaran The Passion of Lovers, todos la cantábamos, estábamos en el mero clímax del concierto. Luego vinieron temas como Stigmata Martyr, donde el frontman hizo unas peculiares distorsiones con la guitarra, todos estaban encendidos, eufóricos, y con Dark Entries parecía que esa excitación nunca se terminaría. Siempre es necesario calmar toda esa furia, toda esa energía que se contiene en el cuerpo, y que mejor que Severance (original de Dead Can Dance) para dar tranquilidad, y entre luces verdes Murphy se fue y detrás de él sus músicos. 

Para el primer encore, regresaron tocando la oscura y atmosférica Hollow Hills, la multitud agradeció que tocaran Spirit y el otro cover propiedad de Bowie, Ziggy Stardust, que emocionó a muchos. Entonces Murphy agradeció una vez más la presencia, el amor y todo eso que los músicos siempre agradecen al público y se marchó. No pasó mucho tiempo y regresó para la despedida oficial, Cuts you up fue la última y bastante coreada… 

Y así sin más terminó el concierto que nos llenó del todo, a los que nunca pudimos ver a Bauhaus, a los que iban sin esperar mucho, a los más nuevos y a la vieja guardia. Vi un desfile de gente conocida siendo yo desconocida para ellos, a los artistas underground, vi a músicos, fotógrafos, dj’s, muchos de los que conforman la escena oscura de éste país. 

Y el cielo nocturno aun nos arropaba,  todos nos fuimos a seguir con nuestros destinos. En el nombre del padre… 

domingo, 30 de junio de 2013

Conciertos de Junio: La Barranca, Tarja Turunen y El Clan


La Barranca: Eclipse de Memoria
Teatro de la Ciudad. 6 de Junio 2013






Todo se aleja y se convierte en un recuerdo,
hasta las cosas que no quieres recordar…


Pocos minutos después de las 9:00 pm, José Manuel  Aguilera se postró en el escenario de ese  tan bello recinto; El Teatro de la Ciudad albergó la presentación del reciente material de La Barranca, Eclipse de Memoria.

La noche empezó con “Reptil”. Navi Nass anunció  en su tambor “El fluir”. Canciones como “El Síndrome” elevó los ánimos de los asistentes,  y en  “Atroz” pudimos ver al ensamble de metales dirigidos por Daniel Zlotnik que le dieron otro aire a la canción, el fuego del que surgen todos los incendios…

Quique Castro tocaba sutilmente su marimba, para dar inicio a tan maravillosa canción: “El alma nunca deja de sentir”, incluida en Eclipse de Memoria, también “Siempre joven” y  “El futuro más distante” fueron los primeros cortes del álbum.  Vinieron otras como “Estallido Interno” que se ha vuelto ya clásica en sus presentaciones, y cómo no si es una de las mejores. 

Ya para la siguiente canción, se proyectaban luces amarillas en forma de eclipse, José Manuel sin guitarra en mano, interpretó de manera visceral  “En cada movimiento”, Dame una razón para bajar al inframundo… y como respuesta o presagio a esa oración  (solamente en de los títulos) vino “Posiblemente imposible”.

Una canción como de Ciencia Ficción, así la describe Aguilera: “La tercera joya desde el sol” que ya había estrenado en aquel concierto del Plaza Condesa en el 2012. Todo el disco tiene un sonido muy característico, a veces melancólico sin caer en lo triste o lo depresivo, es nostálgico, nos habla del tiempo y del olvido, y en especial éste tema pudiera decir que resume de alguna manera el tema del disco. Nos habla de un acercamiento, como de un primer encuentro, el inicio de algo que pudiera ser hermoso, sobre la aproximación y como se funden las cosas en ese encuentro, sobre cómo nos alejamos y todo se convierte en un recuerdo, sin tener la certeza si vamos a volver.

Luego de esa reflexión que tuve durante el concierto, “Día negro” en una versión renovada fue el tema que me despertó.  Pero me volví a meter en “En el fondo de tus sueños”, en el fondo de esa ciudad de naranjas.

Otros temas del nuevo álbum fueron incluidos para su ejecución, “Campos de batalla”  y “Flores de invierno” “Ante la Ley”. Se extrañó “Garzas” y también la voz de la Toussaint.

Otra que tuvo una versión diferente fue “Quémate Lento”, con la que despidieron esta parte del concierto. Ya como encore, Alfonso André subió a cantar “La Rosa” y en ese lapso yo me topé con Daniel Zlotnik, al que quité de mi lugar, pero cuando me di cuenta que era él, quise disculparme y su respuesta fue un “No, no te preocupes, siéntate” me sentí muy avergonzada pero pues era mi lugar.

Ya para despedirse, tocaron “El tiempo es olvido” y para sorpresa “Como una sombra”. Todos agradecieron, José Manuel agradeció a su staff, a todas las personas que hicieron posible aquella noche tan maravillosa. El público se quedó esperando pocos minutos, pero al ver que no regresaron, decidieron salir del Teatro. A los pocos minutos se escuchó un escándalo, regresamos y José Manuel había regresado a entonar “Hendrix”, ya casi al final, sus compañeros lo alcanzaron es sus respectivos instrumentos, y ya no tocaron más.

Así terminó esa noche bastante serena que nos regaló La Barranca.






De Mozart a Sinatra, de Bach a Plant, de Puccini a Turunen.
Beauty and the Beat: Tarja Turunen & Mike Terrana
Teatro Metropolitan. 22 Junio 2013



La diferencia entre Arte y Vida es que el Arte es más soportable…
Charles Bukowski


Pasadas  las 8:00 pm la Orquesta de la Escuela Nacional de Música subió al escenario  del Teatro Metropolitan para tocar de manera épica temas clásicos de la música culta universal, selección musical que Tarja hizo para la presentación de esa noche junto al baterista Mike Terrana.

Antes de aparecer ella, la orquesta abrió con la Obertura de la ópera Carmen, acto seguido, salió Mike para acompañar las notas de BachConcert for Violin and Oboe”. Al término de ésta la Bella Tarja salió para interpretar dos temas seguidos.

Al público le molestaba un poco no poder grabar, ni fotografiar, pero había quienes lo hacían de manera discreta, y cómo no querer tener un  momento como ese, no solo en la memoria sino en el ordenador también, pocas veces se tiene la oportunidad de ver a ésta mujer interpretando de esa manera (se podían tomar fotos pero sin flash, así lo pidieron los organizadores, así como el vestir de una forma especial, como se hacía en las óperas hace algunos años, la gente ahora entra a Bellas Artes como se le da su gana, porque el arte y la música no deben ser elitistas, el arte está abierto a todo público sin importar la manera de vestir, sino la manera de abrir el alma para sentir).

Entre Tarja y Mike se iban rolando las participaciones. Ahora le tocaba a Mike ponerles el beat  al “Barbero de Sevilla”  y a “New World Symphony”. Mike le ponía la parte cómica a la noche, tocando con las partituras al revés, haciendo gestos, entonando “La Cucaracha” y hasta colándose en el coro.

Todos sabemos que Tarja habla español pero por momentos prefirió decir algunas cosas en inglés. Agradeció por el recibimiento. Mencionó a los autores que ya habíamos escuchado y después vino una canción suya: “The Reign”  que se escuchó hermoso en manos de la orquesta en vivo. Antes habíamos escuchado tres temas más, entre ellos uno que es bellísimo y mundialmente conocido en voz de María CallasO Mio Babbino Caro” y que en voz de la Turunen si conmovió hasta las lágrimas. Hasta aquí había pasado la primera parte del concierto.

Luego de 20 minutos de intermedio, ya con cambio de vestuario (primero apareció envuelta en un vestido blanco con negro y el cabello recogido, en la segunda parte con un vestido negro y el cabello suelto) regresaron para interpretar los covers de bandas clásicas de rock, como Queen, Led Zeppelin y Nightwish, “You Take My Breath Away”, “Kashmir”  y “Swanheart” respectivamente; mostrando así la gran capacidad vocal de la artista y de la orquesta para hacer una versión totalmente sinfónica de éstos temas.

Para sorpresa de muchos, ahora Mike Terrana cantó y Tarja tocó la batería, otro clásico “Fly Me to the Moon” de Frank Sinatra, ahí Mike mostró sus capacidades vocales que no están para nada mal. Otra composición de Tarja, “Into the Sun”  fue interpretada íntegramente por la orquesta y la cantante.

Foto: Fernando Aceves

Eine Kleine Nachtmusik”  y “I walk alone” fueron los temas con los que decidieron finalizar. Cerca de las 11:00 pm terminó el recital, fueron aproximadamente 21 temas que se interpretaron. Sin duda una de las mejores cosas que haya visto y que vale la pena volver a disfrutar.




El Clan
Uta Colonia Roma
29 Junio 2013





Cuando la noche de humo, de polvo, de ceniza envuelve la ciudad, los hombres quedan suspensos un instante, porque ha nacido en ellos, con la noche, el deseo.
Xavier Villaurrutia


La cita era a las 9:00 pm. Hace un tiempo se presentaron en Ecatepec, la cita era a la misma hora, y como en aquella canción de Joaquín Sabina, nos dieron las 10:00 y las 11:00 y el Clan nunca salió. Para no perder la costumbre, el 29 de Junio en el Uta entonamos la misma canción, las 12:00 y faltaba media hora para la 1:00 am, cuando uno a uno los músicos fueron subiendo al pequeño escenario.


La gente ya estaba muy desesperada, y cómo no si había quienes llegamos desde las 8:00 para alcanzar un buen lugar, pero casi siempre vale la pena ese tipo de esperas. La noche se encendió rapidísimo, pues abrieron con el tema “Sin Sentir” con el que inevitablemente lloré. Poco a poco se nos iba quitando la molestia, “Más Allá del Tiempo” “Ácido” y “Nada por Arder” ya nos tenían bastante eufóricos. El Castor tiene una manera de contagiarte, de poseerte, como un vampiro te hace su víctima sutilmente y te transmite lo que canta.

Un poco de polvos mágicos, polvos plateados para recordarnos esas “Fantasías” que te harán vibrar… luego de la fantasía viene la “Furia” y casi como un sentimiento parecido el “Odio”. También el humano está hecho de “Cariño (quisiera llegarte a odiar)” de esos que nos marcan y uno quiere dejar de amar y empezar a odiar, y eso también es amor, es un “Strange Kind of Love” como canta su creador, el otro vampiro llamado Peter Murphy.

Simplemente uno no puede ser insensible, todas esa canciones tocan muy profundo al alma, esa que no sabemos a dónde va después de respirar, el tema se llama “Intriga”, habla de esas cosas que siempre se ha preguntado el hombre y casi nunca descubre, quizá hasta el día de la muerte, y antes de ese paso viene “Testamento”, donde el piano luce denso y suave al mismo tiempo, así como la capa aterciopelada de Gustavo. Al final solo seremos “Recuerdos”.

La banda que sigue al Clan o es muy prendida o el Clan los incita, el Slam no se hace esperar, todos se divierten y otros tanto se mantienen para no salir “heridos”. Entre las cadenas, las llamas, llega “La Tortura”, “Gárgolas” y “Jackal” que se encargan de hacer brincotear a los asistentes y a otros tantos los vemos moviendo la cabeza con mucha energía.

El humo sale, suena “Despiértame”, las horas pasan sin darnos cuenta es el “Azul de Media Noche”, y es “Hasta Volver” la que nos guía al “Reino de los Duendes” donde un pequeño hombrecillo nos habla en un lenguaje que no entendemos, dialoga con el Castor, y parece que solo “Las Brujas” entienden también ese lenguaje, por eso serán bellas por siempre.


A las 2:00 am terminó el concierto de El Clan que cómo nos hizo esperar.








sábado, 18 de mayo de 2013

El día que aprendimos a callarnos y a escuchar. Steven Wilson, México 14 de Mayo 2013


El día que aprendimos a callarnos ..



“… las palabras suenan, los sonidos hablan.”
Richard Strauss



Hace poco escribía mi experiencia primera con la música de Porcupine Tree y mi acercamiento con Steven Wilson, y en mi surgía una duda: ¿podría “The raven that refused to sing and other stories” ser uno de los discos más influyentes en veinte años?. Después del 14 de mayo me quedó claro que si la obra como tal no llega a serlo, su creador, Steven Wilson es un músico que no tiene que esperar otros veinte años, ya lo logró.

Su capacidad es de otro nivel. Tampoco diré que no hay nadie con ese virtuosismo, porque si los hay, y ya los hubo también, pero sin duda pocas veces tenemos la fortuna de presenciar algo así en un escenario. Hay músicos que nos entregan piezas extraordinarias en las grabaciones, pero al momento de ejecutarlas “en vivo” sentimos que nos quedan a deber. Ese no es el caso de Wilson, con él sucede todo lo contrario.

El concierto se basó en su reciente disco, siendo Luminol el primer tema de la noche. Todo un despliegue de  pulcritud también por parte de la banda que lo acompaña. Steven estuvo muy “platicador” agradecía en español e incluso dijo que era una maravillosa ciudad (casi sin leerlo). Continuó con Drive Home, Pin Drop en la que ya se sentía mucho más intenso el ambiente, el sax, la batería, todo se amalgamaba tan a la perfección… luego vino un tema de “Grace of Drowning” Postcard.

The Holy Drinker no tuvo madre, se notaba una fuerza, una energía… por donde se vea si fue un concierto impactante. Si hubo un gran juego de luces pero nada exagerado, nada de parafernalia, ni hizo falta, tan solo el escuchar cada nota integra fue suficiente para tener casi una experiencia pacheca, religiosa o como se quiera entender, y digo casi porque no fue ahí donde se alcanzó el clímax de la noche. Después de éste orgasmo auditivo tocaron Deform to Form a Star donde se notó un gran trabajo en el teclado.

Se hizo una pausa, bajó un delgado telón que proyectó algo que a mí en realidad me recordó a Time de Pink Floyd. Sonidos de reloj, un hombre parpadeando, manecillas que cuentan el tiempo que se nos va yendo… todo esto para darle entrada al tema The Watchmaker. No quiero sonar repetitiva, pero de verdad todos los músicos son de un gran nivel, la flauta, además de la guitarra, se hicieron casi los protagonistas de la primera parte del tema, la batería, el bajo lograron que algunos empezaran a agitar las cabezas, las matas al final de la pieza. Creo que en éste tema se logró que cada músico se explayara.

Aquella manta se quedó ahí sobre el escenario, proyectando el video de Index. Ahí vimos a un Wilson muy rockero, lo vimos más prendido. El juego de sombras al final también fue maravilloso.

Por fin cayó el telón, y mientras lo retiraban el tema Insurgentes empezaba a sonar. De fondo unas tomas de Xochimilco y además de que la canción es profunda, bella, intensa, el ver ese lago que pertenece al país donde vives fue algo que a la mayoría nos partió el alma y nos hizo derramar alguna que otra lagrima, And your dream absolve, and your path dissolve … así como la palabra “Insurgentes” se quedó en la mente de Steven Wilson como un mantra, a mi esa letra se me quedó todos éstos días.

Del mismo álbum, no podía faltar Harmony Korine, que sí, fue de las más “coreadas” de la noche, todos nos volvimos locos, las luces eran más intensas, rojas, al menos yo las sentí así. Aún no habían terminado todos los temas que conforman el último disco de Wilson y que fue el pretexto de la gira, faltaba uno y en realidad no quería que fuera el siguiente, porque sería el último de esa noche tan maravillosa. Y afortunadamente no fue así, No Part of Me hizo que me calmara un poco. Y creo que a todos porque fue de los pocos temas en los que la mayoría estaba sentado.

Antes de empezar el otro tema, Steven nos pidió (casi como ruego) que guardáramos silencio en la siguiente canción, que si teníamos algo que decir lo hiciéramos ahora, y la gente comenzó a gritar, una vez desahogada, pudimos ser testigo de ahora sí, el clímax de la noche, Raider II era esa pieza larga que Wilson había prometido y en la cual requería nuestro silencio absoluto. Más de veinte minutos nos mantuvo por primera vez callados, así además de dejarlos ejecutar su pieza, escuchamos con atención y claridad.

En esa canción, tuve una visión, un viaje a épocas pasadas. Imaginaba que así se sentía ir a un concierto de King Crimson, ver a esos genios haciendo música que te transmita, que te haga sentir algo más allá de ti. Imaginaba que así era cuando el público escuchaba en completo silencio Echoes (Pink Floyd), y al despertar de ese sueño etéreo, me di cuenta que éste muchacho es el gran heredero de esas bandas, de aquel sonido progresivo, de esa técnica, de esa manera de hacer música. Hace música educada, como ya no se hace últimamente (y nosotros deberíamos educarnos también).

Y como nada en la vida es para siempre, vino The Raven That Refused to Sing. Todos los sentimientos a flor de piel, las lágrimas otra vez hicieron su aparición. Por el tema y porque anunciaba el final del recital. El cuervo cantaba en la proyección, cantaba en mi alma, y luego dejó de cantar, así como en la historia que cuenta la canción. Please stay with me…ahhh! Ese nudo en la garganta. Logró conmovernos por todos lados.

De repente se fueron esos 6 hombres que me habían hecho muy feliz… pero regresaron para mi fortuna y la de muchos. Steven dijo que tocaría una pieza de Porcupine Tree, sería alguna de los primeros tres discos, y el encore fue Radioactive Toy. Y ya, no pidan mas porque no hubo otra, creo que fue el único tema en el que todos coreamos al parejo. Luego presentó a los músicos que lo acompañan, todos se llevaron una gran ovación, sobre todo Guthrie Govan (guitarra) y Nick Beggs (bajo).

Y fue así como dio por terminada esa gran noche en el Teatro Metropólitan, ese gran concierto que nos dejó perplejos a la mayoría. Así Steven Wilson dio por hecho que es uno de los grandes, todo es pasión, creatividad y corazón.






sábado, 9 de marzo de 2013

Duerme Rita. Duerme Amor...




A dos años de la partida de Rita Guerrero, publicaré algo que escribí pocos días después de su muerte.


…El fuego alrededor
Es la luz de los que ya no están…


Tus ojos vieron la crueldad, y siendo de agua no la dejaron pasar
Ese día de marzo murió la luz del cielo
Y tan limpia como la verdad
Partiste sin miedo
Estabas limpia para morir

Y hoy el silencio me recuerda tu ausencia
Ojalá estuvieras aquí

¿Eres tu el fantasma al pie de mi cama?
¿Es tu voz?…
Es tu voz y no tu silencio en mi cabeza
Eres parte de mi

Al ver el agua
Siento la claridad
Estas llena de vida eterna

En estos días de claridad
Recuerdo el mensaje:
Mi vida es lo fugaz
Seguro hay que renovar la esencia
Para salvarnos de la pérdida total
Aunque esto no va a ser el fin
Solo el agua y el sol hacen posible el mar

Igual y te perdiste en el bosque
Como aquel hombre
¿Será la locura la verdad?

Y tu latido se alejó
¿Dejaste  la vida con gesto de despertar?
Suave y tranquila la muerte…
¿Volverás?
Siempre serás parte de los demás

Y tu cuerpo de luz
Se volvió en agua
El canto volvió al mar
En forma de caracol, en forma de Sirena

Siempre regresarás
El juego de la doble verdad
El andar y el caminar podrá ser ciego
El destino es incierto
¡¿A dónde llegarás?!

Burla la tumba
Burla la oscuridad
Con tus brazos de enredadera
Con tu lengua envenenada
Y yo sigo aquí

¿Dar al amor tu ser mortal?
¿Vencer  la muerte?

Y me da entonces por ver el cielo
Y la lluvia cae formando pozos
Y te oigo gritar
Y pienso que el sol ya había quemado mucho

El velo que cayó
Toda tu reflejada en el agua
El cielo se reflejó en el agua fiera

El mar quiso tu voz
Cubierta de arena, de eternidad
Salva el hilo de una voz que atraviesa el mar
Piérdete arranca de ti otra voz

Entonces me doy cuenta de la importancia del cielo y del mar
Y pienso en el ser alado que murió
No sé si de pena… supongo que en paz
Y las alas prodigiosas yacen justo ahí
En el mar cobijándote el alma

Las oscuras alas caen sobre el mar
Vuelo que arrancó el miedo de morir
En la quietud del hondo mar tu alma descansará
Y yo caminando a la orilla
En el destello azul

Mar
Profundidad
Luz
La muerte
Oscuridad
La  vida

Pero al final resulta lo mismo
Estar aquí o no
El vacío ahí estará
El vacío mar del corazón
¿El mar muerto podrá dar vida otra vez?

¡Ay San Juan de Letrán ora por nosotros!

Y ese día de marzo estabas ya con el alma lejos
Y tu cuerpo tan cerca

Viste la luz y sentiste el amor
Fuiste fuerte y guerrera
Ahora estas al otro lado de la noche
Dejando claro que tus pasos importan

Que caminos estás recorriendo
Ese laberinto sin final
Llévanos ahí para comprender
Tú sin manchas, sin regreso

Tu voz llena mis días
Sigue tu imagen cuando cierro mis ojos
Y es doloroso saber que algo cambia
Descubro en mí que algo cambia sin ti
Cambia mi vida sin tu presencia
¿Volverás aquí?